EE.UU. despliega más de 7 mil 500 soldados en la frontera con México para frenar migración y narcotráfico
Entre los equipos desplegados destacan los radares AN/TPQ-53, desarrollados para detectar posiciones enemigas hasta 60 kilómetros de distancia
El gobierno del presidente Donald Trump ha intensificado sus esfuerzos para contener la migración y el tráfico de narcóticos desde México, con el despliegue de más de 7 mil 500 efectivos militares y equipos de vigilancia de alta tecnología a lo largo de 445 kilómetros de la frontera sur de Estados Unidos.
A su vez, la operación tiene como objetivo vigilar extensiones de terreno recientemente designadas por el propio mandatario como “áreas de defensa nacional”, distribuidas en puntos estratégicos de los estados de Arizona, Nuevo México y Texas.
Estas medidas forman parte de la política de seguridad fronteriza que Trump ha impulsado desde el inicio de su mandato, en medio de fuertes críticas y debates tanto dentro como fuera del país.
Entre los equipos desplegados destacan los radares AN/TPQ-53, desarrollados para detectar posiciones enemigas hasta 60 kilómetros de distancia. Originalmente diseñados para conflictos bélicos, estos radares han sido adaptados para localizar lanzamientos de morteros, cohetes y, en este contexto, detectar drones utilizados por cárteles del narcotráfico para labores de vigilancia y contrabando en la frontera.
Asimismo, fuentes del Pentágono indicaron que se trata de un despliegue sin precedentes en tiempos de paz dentro del territorio continental estadounidense, lo que ha generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos y sectores de la sociedad civil.
“El uso de tecnología militar en tareas de seguridad fronteriza representa una peligrosa militarización de la política migratoria”, expresó un portavoz de la American Civil Liberties Union.
Por su parte, la Casa Blanca ha defendido la medida como necesaria ante lo que califica como una “crisis humanitaria y de seguridad” en la frontera sur.
“Estamos utilizando todos los recursos disponibles para proteger a los ciudadanos estadounidenses y garantizar el cumplimiento de nuestras leyes migratorias”, afirmó un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional.
El despliegue coincide con un aumento en los cruces fronterizos irregulares y una creciente presión sobre los sistemas de asilo e inmigración del país. Mientras tanto, en México, las autoridades han guardado cautela sobre la operación, aunque expresaron su preocupación por los posibles efectos en las comunidades fronterizas.
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