Revocación de mandato en 2027
La consulta de revocación de mandato es una forma de democracia directa.
La destitución de una presidenta o presidente, en medio del sexenio, por un mal desempeño de su encargo, es una posibilidad en México. Para que ocurra, se debe preguntar al electorado si está, o no, de acuerdo con la continuidad del gobierno a mitad del mismo.
La consulta de revocación de mandato es una forma de democracia directa, en que el Instituto Nacional Electoral (INE) convoca al país a manifestar su preferencia en las urnas, en forma similar a una jornada electiva.
Esta semana, se presentó una reforma para que este tipo de ejercicios coincidan con elecciones intermedias. De aprobarse, la consulta de revocación de mandato de la actual titular del Poder Ejecutivo, Claudia Sheiunbaum Pardo, coincidiría con los comicios para renovar la Cámara de Diputaciones, 17 gubernaturas –incluido Aguascalientes–, 31 congresos estatales, más de 1700 ayuntamientos y la mitad del Poder Judicial de la Federación, divisando una elección titánica.
En contraste, el ahorro de recursos, las facilidades organizativas y la probabilidad de subir las cifras de participación, son las razones que justifican el empate de fechas. El primer ejercicio de esta índole, que sometió a consulta la permanencia de Andrés Manuel López Obrador en 2022, únicamente recibió la opinión del 17,7% de las personas electoras.
No hay que perder de vista que la consulta de revocación de mandato es un derecho ciudadano reconocido como tal en 2019. Por esta razón, para activarlo debe mediar una petición de personas ciudadanas en un número equivalente al 3% de la lista nominal del electorado en 17 estados, que debe presentarse durante los tres meses posteriores a la conclusión del tercer año del periodo constitucional. Si bien la consulta ofrece a los sectores de oposición –protagonistas de marchas en varias partes del país durante el fin de semana– una vía institucional para plantear la destitución de la presidenta, poco probable es que acudan a este mecanismo, que se ha entendido como una herramienta para fortalecer la legitimidad popular del gobierno en turno. La última vez, fue impulsada por sectores afines al oficialismo.
El ala opositora considera que la consulta revocatoria significa un escaparate para que la Presidencia de la República se publicite en un momento en que la difusión de figuras y actividades gubernamentales se encuentra prohibida. Más allá de esto, habría que reflexionar, si la idea es condicionar la permanencia de una persona mandataria a la ratificación de la confianza electoral cada tres años, quizá valga la pena debatir el acortamiento de los periodos de gobierno y la posibilidad de una reelección consecutiva mediante elecciones periódicas y auténticas, en vez de instalar la consulta de revocación de mandato como una tradición política, a fin de garantizar la estabilidad y la gobernabilidad democrática.
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