Perspectiva: Trump vs el Poder Judicial

Con las nuevas medidas que pidió Donald Trump de revisar los antecedentes de todos los estudiantes extranjeros que quieran registrarse para el próximo ciclo escolar, rompe el alma de Estados Unidos. Además hace un pésimo negocio para su país.

Tener una “Gestapo” que investigue la ideología de todos los estudiantes que llegan a las universidades norteamericanas es una barbaridad. Los jóvenes de los más de 170 países que llevan estudios académicos en  EE.UU aportan unos 44 mil millones de dólares al año, tanto en colegiaturas como en habitación y manutención. Un ingreso que alimenta al sistema de universidades más prestigioso del mundo.

Trump pide que revisen las redes sociales de los aspirantes, que abran sus celulares, tabletas y computadoras para saber si son antisemitas, aspirantes a terroristas o espías chinos u orientales. El giro autoritario del gobierno comienza a mostrar sombras que nunca
habíamos visto en el país de “los valientes y los libres”.

El retroceso es enorme: un ataque permanente a la fuente de conocimiento más grande del mundo. Hay países que tienen investigación y desarrollo en sus universidades, pero ninguna nación tiene la variedad y la calidad de enseñanza superior como la de EE.UU. El número de patentes, premios Nobel y descubrimientos científicos hacen que el país sea un faro inagotable de ciencia y humanidades. Grandes científicos de cientos de naciones validan sus conocimientos y los desarrollan ahí.

El daño a los grandes centros del conocimiento puede ser irreparable. La fuga de cerebros es una desinversión para cualquier país. El 75 % de los científicos norteamericanos dijeron que estaban meditando salir. El principal destino sería Canadá y Europa. En Francia ve la oportunidad y crea un programa llamado “Un lugar seguro para la ciencia”. Con un fondo de 500 millones de euros, pretende atraer a los científicos a quienes cortan recursos; a quienes creen en el cambio climático; a quienes ven en la ideología republicana una vena fascista.

La educación de un doctor en física cuántica, más un postdoctorado, más años de experiencia en la materia, puede costar muchos millones de dólares. Para México podría ser también una oportunidad. Eso lo debe comprender muy bien la presidenta Claudia Sheinbaum, ella misma fue educada en Berkeley y en la UNAM.

México cambió cuando el fascismo llegó a España y destruyó la República. La migración de científicos, humanistas y artistas frustrados por el franquismo, cimentó la cultura del país a mitad del siglo pasado.

¿Hasta dónde llegará Trump con sus impulsos autoritarios? Muchas de sus iniciativas quedaron paradas en decisiones de jueces que amparan quejas de despachos de abogados a quienes tiene en la mira por puro encono. Harvard ganará litigios sobre los fondos federales asignados; también ganará en la defensa de los estudiantes extranjeros. Aunque Trump contesta con ataques indirectos usando la “migra” para hostilizar a forasteros. La xenofobia puede instalarse de nueva cuenta en un país ejemplar; la cultura nacional puede cambiar bajo la influencia de su presidente. EE.UU nunca será grande de nuevo si trata a sus universidades, a sus estudiantes nacionales y extranjeros y a sus socios comerciales con los pies.

Lo que lo salvará es la fortaleza de su Poder Judicial, desde los jueces federales hasta la Suprema Corte. Los Estados Unidos, tienen esa fortaleza, esa que estamos a punto de destruir aquí el próximo domingo.

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