Perspectiva. ¿Tenemos orgullo guanajuatense?
¿Cuándo fue la última vez que nos sentimos orgullosos de Guanajuato?
En una de las avenidas más transitadas de Querétaro, la Bernardo Quintana, hay anuncios del Gobierno estatal que hacen reflexionar. En uno dice más o menos esto: “En Querétaro no tenemos miedo, miedo sería perder lo que tenemos”. En otro habla del orgullo de ser queretano o vivir en Querétaro.
El gobierno, encabezado por el panista Mauricio Kuri, no tiene miedo de mostrar orgullo de lo que han logrado su estado y, en particular, la capital. Desde hace dos décadas nuestros vecinos vieron crecer en su territorio múltiples inversiones. Más de 35 parques industriales atraen a empresas nacionales y multinacionales como Samsung o centros de atención a clientes de Santander.
Su aeropuerto “intercontinental” fue construido con las mejores especificaciones, eso fue un detonador para la inversión y el turismo. Lo diseñaron con visión de futuro por lo largo de su pista y una plataforma que permitirá todo el crecimiento necesario para múltiples líneas aéreas de pasajeros y de carga.
La nube de Amazon eligió Querétaro para invertir 5 mil millones de dólares ,“por algo será”, dice un luminoso espectacular. Según la Secretaría de Economía, Querétaro fue el estado que mayores anuncios de inversión tuvo en el primer trimestre del año, con 5,699 millones de dólares. Contemplan atraer 31 mil millones de dólares en los próximos dos o tres años.
Pueden ser cifras demasiado optimistas pero la realidad es que se ve y se siente la pujanza del estado. Hay decenas de edificios de departamentos en venta y florece el comercio. Tanto fue el crecimiento en la última década que el mercado no pudo absorber toda la inversión inmobiliaria. Se creó una burbuja que apenas comienza a ceder (todo tiene límites). Mientras en León se vendía un departamento, en Querétaro se vendían tres. Sólo en la zona metropolitana de Monterrey se siente la vibra de emprendimiento.
También la seguridad pública. En una parte de Juriquilla, abierta a la circulación, no se ven los enrejados que tenemos en ciudades de Guanajuato.
Sus cifras de criminalidad son muy inferiores a las de nuestro estado y la extorsión no es un problema como el que enfrenta Celaya, por ejemplo.
¿Cuándo fue la última vez que nos sentimos orgullosos de Guanajuato? ¿Sería cuando el empuje de Vicente Fox y el PAN lograron la alternancia democrática? ¿O cuando llegaron General Motors, Mazda, Honda y Toyota a invertir en nuestro estado? ¿Dejó de ser nuestro estado un atractivo para las inversiones por el alto grado de criminalidad?, ¿de inseguridad?
Estas preguntas podría contestarlas pero las respondió un extranjero que vive en León, bastante enterado: “me siento más seguro en Aguascalientes que en Guanajuato”. Mauricio Usabiaga, quien fuera secretario de Economía del estado al principio del sexenio, tuvo una explicación sencilla por la derrota del PAN en Celaya. “Nos abandonaron”.
Con humildad podríamos hacer un “benchmarking” o comparación de indicadores con Querétaro. Crecimiento, ingreso por habitante, nivel escolar, seguridad pública e inversión. El Instituto de Planeación de Guanajuato tiene los suficientes recursos humanos para hacerlo. En el INEGI, en las propias dependencias estatales y en cientos de fuentes podemos encontrar por qué no podemos poner anuncios que digan: No tenemos miedo, sentimos orgullo de nuestro estado y otras frases más que sirven al vecino para crear confianza en sus habitantes y en los empresarios que llegan a invertir.
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