Perspectiva. Por qué caímos en Guanajuato

Enrique Gómez Orozco

En las ciudades del Bajío, las peores evaluaciones en seguridad son las de Guanajuato, un desastre humanitario, social y político. ¿Qué nos pasó en Guanajuato? ¿Por qué perdimos el impulso de principios de siglo?

Enrique Gómez Orozco

“El Índice de Competitividad Urbana  mide la capacidad de las ciudades mexicanas para atraer y retener inversiones y talento”.
IMCO


El Instituto Mexicano para la Competitividad, IMCO, realiza estudios de las ciudades más importantes del país. Para tener resultados más precisos, segmenta las urbes por población. Hay una ciudad destacada que no esperábamos: Saltillo, la más competitiva de México.
Aunque Saltillo competía desde el año pasado con Monterrey, Guadalajara y la CDMX, no había trepado hasta la punta. El IMCO, una entidad autónoma financiada por instituciones privadas, mide 35 indicadores como la seguridad, empleo y su calidad, conectividad, mercado hipotecario, innovación, ocupación hotelera, percepción de inseguridad, entre otros. Su ICU Índice de competitividad lo realizan expertos en diferentes disciplinas. Sirve como indicador de desempeño. Mide la atractividad para el talento y la inversión.
Los resultados a detalle de cada ciudad por indicador se pueden ver en el reporte publicado en su sitio de Internet, imco.org.mx. Es una referencia importante para nuestros gobernantes y empresarios. En las ciudades del Bajío, las peores evaluaciones en seguridad son las de Guanajuato, un desastre humanitario, social y político.
Saltillo y La Laguna son las dos zonas de Coahuila que están entre las diez más importantes. Nuestros vecinos, Querétaro, San Luis Potosí y Aguascalientes tienen competitividad media alta al ubicarse entre la sexta y la novena posición, acompañadas de Mérida y Chihuahua. La CDMX, Monterrey y Guadalajara siempre figuran entre las primeras cinco por su tamaño, por ser capitales de estado y por ser las más grandes del país. El indicador marca zonas metropolitanas y no municipios.
León está ubicado en el lugar 15, con una “competitividad baja”. La ciudad ha perdido la competencia desde hace algunos años, lo mismo que Irapuato y Celaya que están en el lugar 14 y 18 de las poblaciones que tienen entre 500 mil y un millón de habitantes. Salamanca estaba en el penúltimo lugar en el 19 de entre las ciudades de 250 mil a 500 mil habitantes; este año ni siquiera aparece en el listado. Nuestro corredor industrial perdió en los números la batalla.
¿Por qué Coahuila pudo y Guanajuato no? Muchos lo atribuyen a su desarrollo y capacidad económica por ser frontera con Estados Unidos o la cercanía a la Zona Metropolitana de Monterrey. Seguro que eso ayuda, pero sus tres últimos sexenios han sido eficaces en muchos rubros: seguridad, unidad empresarios-gobierno, promoción de la inversión y solidez institucional.
El resultado: Coahuila ronda los 17 mil dólares de ingreso por habitante y Guanajuato 13 mil. También ayudó la gran infraestructura que construyó el gobernador Humberto Moreira (2005 al 2011), quien fuera muy criticado en su momento por dejar una deuda de 36 mil millones de pesos. Una carga financiera que se diluyó con el tiempo y aportó más al desarrollo económico de la entidad que los intereses pagados.
A la fecha, con un presupuesto de 70 mil millones y una deuda de 37 mil al finalizar 2023, no es impedimento para seguir creciendo y prosperando. Hoy se ubica entre los 5 estados más competitivos del país.
¿Qué nos pasó en Guanajuato? ¿Por qué perdimos el impulso de principios de siglo? Hay que explorar los números del IMCO a mayor detalle para encontrar respuestas.

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