Perspectiva: La “traición” de Estados Unidos a Canadá

Enrique Gómez Orozco

“Trump está tratando de rompernos para que Estados Unidos nos pueda poseer, y eso nunca jamás va a suceder”: Mark Carney, Primer Ministro de Canadá en el día de su victoria.

Enrique Gómez Orozco

El discurso del Primer Ministro de Canadá, Mark Carney, después de su triunfo electoral, resonó en todo el mundo. En un momento que el presidente Donald Trump ofende, insulta y humilla a aliados como su vecino, la respuesta de Carney es un fuerte llamado a la resistencia.

Carney es, sin duda, el más preparado de los líderes antagonistas de Trump. Educado en Harvard y Oxford; empleado de grandes empresas financieras como Goldman Sachs y Bloomberg, fue gobernador del Banco de Canadá y luego del Banco de Inglaterra (sin ser inglés), cuenta con la capacidad para resistir los ataques y la “traición” de los Estados Unidos.


Canadá eligió a un líder que conoce el tamaño del reto de desacoplarse de su principal cliente. El golpe será tremendo y no tiene miedo, incluso en su discurso dijo que si EE.UU rompía el orden, Canadá podría encabezar y unir a muchos países para continuar con el comercio mundial.

Carney es un líder valiente que le planta cara a la agresión y traición norteamericana. El lunes Trump seguía con sus insultos a Canadá, con la peregrina propuesta de hacerlo el estado 51. Carney replicó: “la intención de Estados Unidos de rompernos es real”. Luego afirmó que la relación se había terminado. La relación de amistad y comercio de las dos naciones más grandes de Norteamérica terminó. Canadá buscará otros socios, otros socios y fortalecerá su mercado interno construyendo millones de casas e infraestructura.

A diferencia de México, Canadá tiene más recursos para defenderse. Es un país rico en agua, bosques y petróleo. Cuenta con tecnología y puede enfrentarse comercialmente a su vecino aunque la pase mal por algunos años.
Carney también sabe que el invento de Trump no tarda en estallar dentro de Estados Unidos. A cien días de entrar a su segundo mandato, el presidente está en la lona de las encuestas con apenas un 40% de aprobación y mucho menos que eso cuando se trata de los aranceles.

Del otro lado del océano, en Asia, un lobo de mar que no tiene prisa es Xi Jinping. Ante la andanada de aranceles de hasta el 145%, China está dispuesta al sacrificio porque el tiempo juega a su favor. Mientras los funcionarios norteamericanos dicen que están en “charlas” con China, los voceros lo niegan.

La respuesta hasta ahora es: quiten los aranceles agresivos y luego platicamos.
Xi Jinping será el líder de China hasta que quiera retirarse o se muera. Tiene a su favor a todo el mundo porque el odio a Trump crece cada día. Un ejemplo: las ventas de Starbucks se derrumbaron en China por un boicot natural del consumidor. Igual en Canadá y seguro en Europa. Tesla cayó a la mitad en Europa y en China no levanta, incluso en EE.UU, de tener orgullo por manejar esos autos, ahora se deprecian por la vergüenza de tenerlos.

México puede “nadar de muertito” en brazos de China y Canadá. Imposible tener una actitud tan retadora como la de Carney por la debilidad de nuestra economía y, qué lástima, de nuestras instituciones. Como en el box, tenemos que resistir los golpes y nunca decir que nos tienen como su piñata. Todo pasará. Serán los republicanos quienes avienten a Trump a los leones.

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