Orgullo
Porque ninguna seña particular, por muy contrahegemónica que resulte, debe limitar las libertades básicas.
En junio las calles se visten de arcoíris, rebeldía con lentejuelas, cantos para nombrar los colores de la humanidad, en una procesión de amor sin culpas. Entre risas, baile y demandas, las poblaciones LGBIQA+ nos recuerdan que existen, resisten y aman.
Mientras tanto, algunas personas cuestionan el orgullo en torno a rasgos individuales reservados, supuestamente, a la intimidad del espejo y la recámara. Reclaman el porqué de enorgullecerse colectivamente a identidades, expresiones y orientaciones sexuales y genéricas que contradicen a los sistemas dominantes de creencias y costumbres.
Pues bien, a preguntas que flotan anacrónicamente, no queda más por responder que la pluralidad es el signo de una democracia saludable y una sociedad autopercibida como democrática debe asegurar la convivencia ordenada y pacífica que implica prevenir que las mayorías aplasten a las minorías. Aunque las decisiones se tomen bajo este principio -como en las elecciones- la voluntad mayoritaria no goza de un poder absoluto ni legitima el impedir a ningún ser humano una existencia digna, como advirtieron Alexis de Tocqueville y John Stuart Mill. Porque ninguna seña particular, por muy contrahegemónica que resulte, debe limitar las libertades básicas.
Hoy en día existen consensos internacionales que reconocen "derechos universales" a los que accedemos por el simple hecho de existir, aunque no basta con estar escritos, pues los gobiernos deben procurar su cumplimiento mediante leyes y políticas públicas. Los derechos humanos y las libertades básicas son irrenunciables, incluso si una multitud opina lo contrario.
No somos de un país homogéneo, habitamos una sociedad policroma y atravesada por la diversidad en lo profundo. La celebración del Orgullo LGBTIQA+ busca hacer frente al olvido, honrar la memoria y reivindicar la lucha por la igualdad, la visibilidad y la justicia social. Que su marcha coloree nuestras leyes, instituciones y calles con su eco invencible.
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