La Pona: ¿qué priorizamos en el presente?

Dorismilda Flores-Márquez

El futuro de esta ciudad y de otras dependerá de lo que se priorice en el presente.

Dorismilda Flores-Márquez

"No sé qué es el futuro, pero dependerá en gran medida de lo que prioricemos en el presente", con estas palabras Florencia Enghel cerró una conferencia sobre comunicación para el cambio social en 2019. Traigo esto a cuento en torno al caso de La Pona, que pone en cuestión el tipo de futuro que se quiere para Aguascalientes.

Durante años, las y los activistas ambientalistas han luchado por la protección de la mezquitera. En los meses recientes han denunciado la serie de incendios forestales que pudieran ser provocados. Frente a eso, se han organizado para restaurar y alertar sobre el riesgo de ecocidio. Este viernes 25 de abril, el colectivo Salvemos La Pona denunció la entrada de maquinaria pesada en la mezquitera, para desmontar y deforestar el terreno y construir una vialidad; una noche antes les avisaron que perdieron un amparo y, de inmediato, comenzó el desmonte; activistas y vecinos se movilizaron para frenarlo y hacer guardias. El asunto es que una parte del terreno es área natural protegida y otra parte es propiedad privada. De hecho, la inmobiliaria se defiende diciendo que el terreno es propiedad privada, que adquirieron hace 30 años del Instituto de Vivienda del Estado de Aguascalientes (IVEA). Obviamente, hay muchos intereses en juego. 

Sobre todo, hay por lo menos dos visiones del futuro que entran en conflicto: la que sostiene los derechos a un medio ambiente sano y una plena relación con la naturaleza, frente a la que entiende el progreso en términos económicos a costa de la naturaleza. En esta última se privilegia el crecimiento económico y se ve a la naturaleza de manera utilitaria. En cierto punto, todas nuestras viviendas, centros de estudio y de trabajo, lugares de convivencia, vialidades y más, están construidas sobre terreno que antes fue deforestado. Ciertos sectores consideran perfectamente normal seguir deforestando para construir y vender, es decir, se privilegia la utilidad económica que los terrenos puedan dejar, pero esos beneficios están concentrados en pocas manos.

Del otro lado, quienes defienden la naturaleza sostienen el derecho a un medio ambiente sano y esto se liga a lo que mencionaba la semana pasada, en torno al Día Mundial de la Madre Tierra: la relación entre la salud ambiental, la salud animal y la salud humana es muy estrecha. Además, hay un asunto de justicia socioambiental, ya que las consecuencias de la triple crisis planetaria —que incluye pérdida de biodiversidad, contaminación y cambio climático— afectan de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables. 

La periodista Mónica Cerbón lo planteó con mucha claridad: "No se trata de si los espacios son privados o no, o de si las organizaciones perdieron un amparo que protegía a La Pona. Se trata de sentido común, de preservar los únicos espacios verdes que quedan, que son fundamentales para seguir existiendo porque regulan la temperatura, nos dan agua (que tanta falta hace) y oxígeno. Se trata de que las autoridades protejan el bien común sobre la economía privada. Estamos en tiempos en donde proteger al medio ambiente es crucial, no de discutir quién es dueño de qué. En campaña prometieron desarrollo sostenible, ahora cumplan".

Regreso a la idea del principio: el futuro de esta ciudad y de otras dependerá de lo que se priorice en el presente. La biodiversidad tiene valor por sí misma, pero si el único valor reconocido es utilitario, ojalá que reconozcan la utilidad de contar con oxígeno, agua y salud para todas y todos.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión. 

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