La pérdida de derechos y la consolidación del poder presidencial en México

Jesús Eduardo Martín Jáuregui

La única defensa real contra la vitalidad era el amparo. Nos lo quitan y la mayoría cae

Jesús Eduardo Martín Jáuregui

Dice un amigo que la vejez se presenta cuando se pierde la capacidad de asombrar. Quiere decir que gracias al presidente López Obrador y a una buena parte del pueblo de México, me mantengo joven, quizás por un sexenio más, si Dios no dispone otra cosa.

¿Cómo es posible que ante el anuncio de que ahora el gobierno dispondrá de los ahorros de los trabajadores, supuestamente para volverlos más productivos y poder cumplir con mejores pensiones, los partidarios del licenciado apoyen la medida? Pero viniendo del Congreso, no se puede esperar otra cosa.

Pero el creador de un aeropuerto que no funciona, que nunca recuperará el gasto que se hizo en él, el autor de una refinería que a tres meses de terminar el sexenio refinó un solo barril de petróleo, el promotor de un 36 que destruyó buena parte de la selva, tardará, en el mejor de los casos, de 30 a 40 años para recuperarse. ¿Vamos a creer que este señor pueda administrar mejor nuestros recursos que los bancos que ahora lo tienen? No son los hombres sino la practicidad lo que produce que el Congreso apruebe con instituciones la ley del amparo, para que los mexicanos no podamos defendernos de las ocurrencias legislativas del presidente, que los senadores y diputados del bloque modernista aprueban sin cambiar.

La única defensa real contra la vitalidad era el amparo. Nos lo quitan y la mayoría cae. Un golpe a los derechos humanos que recibimos con la boca cerrada.

El tema precedente es la facultad del Congreso que acaba de conferir al presidente para suplantar al Poder Judicial. El presidente podrá perdonar, liberar a delincuentes y más, con justificación presidencial, material que puede ser bueno para la investigación que se realiza. ¿Para qué queremos Congreso, si los congresistas aprueban lo que el presidente les ordena, o si los jueces que el presidente puede perdonar a quienes prefiere? Eso se llama dictadura.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión 

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