El agua

Nora Ruvalcaba Gámez

Las principales agendas internacionales tienen ante sí dos grandes desafíos: el calentamiento global y la crisis del agua

Nora Ruvalcaba Gámez

Las principales agendas internacionales tienen ante sí dos grandes desafíos: el calentamiento global y la crisis del agua.

En las últimas décadas, hemos atestiguado cómo extensas zonas, antes llenas de vida, son ahora páramos inertes; también hemos visto cómo se van extinguiendo emblemáticas especies de flora y fauna; el planeta padece una innegable escasez de alimentos y una terrible proliferación de problemas de salud, relacionados con un saneamiento inadecuado del agua, como por ejemplo, el elevado índice de enfermos renales y tiroidales que existen en Aguascalientes. También hemos visto cómo millones de personas en todo el mundo, sobre todo los más desfavorecidos, carecen del elemental acceso al servicio de agua potable.

La mayoría de los líderes mundiales han reconocido que el agua es un recurso estratégico. De su adecuada gestión depende el desarrollo humano, social y económico. Por ello, el control del vital líquido se ha convertido, hoy por hoy, en fuente de poder y de conflicto; en algunos países, el agua es ya considerada un asunto de seguridad nacional.

Ante este problemático escenario, se han generado tantos acuerdos, informes y tratados internacionales que lo único que demandan es una mayor sensibilidad para tratar el tema del agua.

Una de las grandes lecciones que nos dejó la pasada pandemia es que los problemas internacionales pueden llegar a afectarnos de manera directa e inmediata. La crisis mundial del agua es también una crisis que debemos, como sociedad, atender de manera pronta y directa.

En Aguascalientes, para nadie es un secreto que, en relación con el agua, ha habido sobreexplotación, ausencia de sustentabilidad, así como una mala gestión del recurso, y esto ha provocado escasez, y que su acceso y distribución sean sentidos problemas para la entidad.

En Aguascalientes, hoy más que nunca, estamos ante la enorme posibilidad de generar soluciones colectivas donde todos los sectores sociales participen y se involucren en el destino del agua: expertos, académicos, empresarios, profesionistas, jóvenes, amas de casa. Es necesario que seamos conscientes de que, de lo que decidamos hoy en materia de agua, dependerá el futuro de las próximas generaciones.

La tarea educativa consiste en fomentar una cultura global, nacional y local de protección al ambiente y sus recursos naturales, en promover una gestión democrática, con un enfoque social y de transparencia, que contribuya a lograr un acceso equitativo a nuestros recursos hídricos, porque el agua es un derecho humano que pertenece a cada persona que habita el planeta.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión.

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