Barreras informativas: el informe de Artículo 19

Dorismilda Flores-Márquez

Como decía María Elena Meneses: “Apostar por el periodismo (pase lo que pase) será siempre una apuesta por la libertad”.

Dorismilda Flores-Márquez

Hablemos del informe Barreras informativas: desafíos para la libertad de expresión y el acceso a la información, que acaba de publicar Artículo 19. En este se abordan cinco barreras que, como sociedad, enfrentamos en estos asuntos. Es muy interesante que no hablan de barreras que enfrentan las y los periodistas, sino la sociedad en su conjunto.

La primera barrera es el apagón de la transparencia, que se enfoca en la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Si bien se supone que las funciones que tenía el INAI se reasignan a la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, hay diferencias entre un organismo autónomo, que —como su nombre lo indica— goza de autonomía y una secretaría que es parte del mismo gobierno. Esto aumenta la posibilidad de ocultar más fácilmente los abusos de poder.

La segunda barrera es el Estado digital y la vigilancia, que se refiere al control digital. Aquí entra en juego otro de los organismos autónomos que desaparecieron: el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Para sustituirlo, se creó la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, de la cual depende la política digital de nuestro país, que enfrenta retos para que la digitalización gubernamental no excluya sectores, como lo ha hecho. Otro de los retos en esta línea tiene que ver con la recolección de datos biométricos y los sistemas de vigilancia, que ponen en riesgo derechos como el de la privacidad. A lo que señala este informe habrá que agregar las reformas a la ley de telecomunicaciones, que se están revisando en estos días.

La tercera barrera es la persistente violencia contra la prensa. Artículo 19 documentó 639 agresiones contra periodistas durante 2024, 13.9% más que en 2023. Esto incluye cinco periodistas asesinados, 21 casos de acoso judicial contra periodistas, deslegitimación de periodistas en las conferencias mañaneras, entre otros. La mitad de las agresiones contra periodistas se concentraron en cinco estados: la Ciudad de México, Guerrero, Veracruz, Puebla y Guanajuato. Casi la mitad de las agresiones viene de autoridades públicas.

La cuarta barrera es la transición al olvido. En esta línea se enfatiza la contradicción. Por un lado, hubo un hito en el discurso gubernamental que representó el reconocimiento de la masacre del 2 de octubre del 68 como crimen de Estado, que se expuso en la primera conferencia matutina del gobierno actual. Por otro lado, no se da seguimiento a los informes de la Comisión de la Verdad y el Esclarecimiento Histórico (COVEHJ), que documentan la represión entre las décadas de 1960 a 1990, hecha por el Ejército; así como los informes de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa (COVAJ), junto al penoso tratamiento que vimos en estos meses en torno al caso de Teuchitlán. En otras palabras, los abusos del pasado lejano se reconocen, los del pasado cercano y el presente no.

La quinta barrera es la incertidumbre institucional, que contempla la desconfianza en las autoridades, el bajísimo presupuesto de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), así como del gasto en derechos humanos, protección de víctimas y acceso a la justicia y el recorte presupuestal que sufrió el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras y Periodistas.

Les invito a consultar el informe completo Barreras informativas: desafíos para la libertad de expresión y el acceso a la información en México en https://articulo19.org/barrerasinformativas/. 

Todos estos cambios centralizan la información, dificultan el acceso, dejan sin garantías a la prensa, pero todo tiene consecuencias para la sociedad en su conjunto, en asuntos de información, pero también de memoria, verdad y justicia. Y reflexionar sobre estas barreras y las consecuencias, que no son sólo para periodistas, sino para la democracia, es algo que incomoda por diversas razones, porque se evidencian los riesgos de la centralización y la persistencia de la violencia y la impunidad; porque queda claro que no importan los colores, quienes están en el poder casi siempre, si no es que siempre, buscan imponer su verdad como si fuera absoluta.

Ayer fue el Día Mundial de la Libertad de Prensa y, como vemos, las y los periodistas enfrentan un escenario cada vez más complicado, pero esto se amplía a toda la sociedad. Como decía María Elena Meneses, quien en vida fue periodista e investigadora: “Apostar por el periodismo (pase lo que pase) será siempre una apuesta por la libertad”.

Las ideas aquí expresadas pertenecen solo a su autor, binoticias.com las incluye en apoyo a la libertad de expresión.

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