Los líderes de los países del G7 se reúnen desde este lunes 16 de junio en las Montañas Rocosas de Canadá, para celebrar una cumbre entre algunas de las principales economías actuales del mundo, marcada en un contexto bélico por los recientes e intensos ataques entre Israel e Irán.
La reunión de tres días en la localidad de Kananaskis supone el regreso al ruedo diplomático del presidente estadounidense, Donald Trump, que desde que comenzó su segundo mandato a finales de enero ha causado incertidumbre en los mercados con sus políticas arancelarias, así como tensiones internacionales por sus políticas migratorias, particularmente con Latinoamérica.
El republicano llegó a Canadá a pesar haber menospreciado a su vecino del norte con sus constantes llamados a que se convierta en el estado 51 de Estados Unidos.
Las tensiones bilaterales se han relajado desde abril, cuando Mark Carney sustituyó como primer ministro canadiense a Justin Trudeu.Carney tiene previsto reunirse el lunes por la mañana con el presidente estadounidense, según un funcionario.
El líder canadiense diseñó este encuentro del G7 para tratar de limar asperezas entre siete de las economías más avanzadas del mundo: Alemania, Canadá, Francia, Italia, Reino Unido, Japón y Estados Unidos.
En la agenda también juega un papel importante la guerra en Ucrania y el aumento de la presión sobre Rusia para aceptar un alto el fuego. Sin embargo, según un diplomático, Canadá está sondeando a los Siete para hacer un llamamiento conjunto a la "desescalada" entre Israel e Irán.
Antes de esta cumbre, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se reunió la noche del 15 de junio con sus homólogos alemán, Friedrich Merz, y británico, Keir Starmer, con quienes abordó la situación en Ucrania y en Oriente Medio tras los ataques entre Irán e Israel. Con Merz, la reunión ha "permitido confirmar la voluntad común de celebrar una nueva cumbre intergubernamental entre Italia y Alemania en Roma a principios de 2026 y de mantener una estrecha coordinación sobre los principales temas de la agenda de la UE, como la lucha contra la inmigración irregular y la competitividad", informó en una nota el Gobierno italiano.
Abordaron "los últimos acontecimientos en Oriente Próximo y la guerra en Ucrania, en el marco de las relaciones transatlánticas y con vistas a la próxima Cumbre de la OTAN en La Haya".
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