EE. UU. despliega bombarderos B-2 hacía el Pacífico, mientras Trump analiza ataque contra Irán
El mandatario ha evitado comprometerse públicamente, pero afirmó que tomará una decisión en un plazo máximo de dos semanas
Este sábado 21 de junio varios bombarderos estratégicos B-2 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos despegaron en las últimas horas con rumbo a la isla de Guam, en el Pacífico occidental, en medio de crecientes especulaciones sobre una posible ofensiva militar contra Irán, mientras el presidente Donald Trump se prepara para decidir en las próximas dos semanas si participará en los ataques israelíes contra la República Islámica.
El despliegue fue detectado por sitios especializados en rastreo de vuelos, que informaron la salida de las aeronaves desde la base aérea de Whiteman, en Misuri, con acompañamiento de aviones cisterna, lo que indica una misión de largo alcance.
Aunque el Pentágono no ha emitido comentarios oficiales, analistas señalan que estos movimientos no necesariamente significan que la Casa Blanca haya ordenado un ataque, sino que podrían ser parte de una reubicación estratégica de activos militares.
Sin embargo, el contexto es preocupante. Desde el viernes 20 de junio, Israel e Irán han intensificado los intercambios de ataques aéreos, luego de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenara bombardear instalaciones nucleares y militares en territorio iraní, en pleno proceso de negociaciones entre Teherán y Washington sobre el programa nuclear iraní.
Trump, quien se encuentra en su residencia de Bedminster, Nueva Jersey, tiene previsto regresar este sábado 21 de junio a la Casa Blanca para sostener una reunión clave con su equipo de seguridad nacional.
Por su parte, el mandatario ha evitado comprometerse públicamente, pero afirmó a la prensa que tomará una decisión "en un plazo máximo de dos semanas", reiterando que su prioridad es evitar que Irán obtenga armas nucleares.
Asimismo, Irán ha negado reiteradamente tener intenciones de fabricar bombas atómicas. No obstante, la posibilidad de que EE.UU. se sume al esfuerzo militar israelí ha reavivado los temores de una escalada regional, sobre todo si se considera el tipo de armamento que puede portar el B-2: bombas "rompebúnkeres" de hasta 13 mil 600 kilos, diseñadas específicamente para destruir estructuras subterráneas fortificadas como la planta de enriquecimiento de uranio en Fordow, Irán.
Mientras Europa intenta mantener abierta la vía diplomática, Trump ha enviado señales ambiguas. “Les estoy dando un plazo. Diría que dos semanas sería el máximo”, dijo el pasado viernes refiriéndose a Irán.
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