Cámara de Representantes de EE. UU. aprueba llamar "golfo de América" al golfo de México
Medida que refuerza un decreto firmado previamente por el presidente Donald Trump al inicio de su segundo mandato.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves un polémico proyecto de ley que busca renombrar el "golfo de México" como el "golfo de América" dentro del territorio estadounidense, una medida que refuerza un decreto firmado previamente por el presidente Donald Trump al inicio de su segundo mandato.
La propuesta, impulsada por la congresista republicana Marjorie Taylor Greene, fue aprobada con 211 votos a favor y 206 en contra, en una votación que reflejó las divisiones partidistas y provocó críticas incluso dentro del propio Partido Republicano. El congresista Don Bacon, aunque votó a favor, calificó el proyecto como "infantil" en declaraciones a CNN.
El cambio, avalado en enero mediante decreto presidencial por Trump, ya había comenzado a implementarse en plataformas tecnológicas como Google Maps y Apple Maps para los usuarios estadounidenses. Sin embargo, esta nueva legislación busca blindar la decisión contra futuras revocaciones por parte de un presidente demócrata, al elevarla al rango de ley.
La reacción en México no se hizo esperar. La presidenta Claudia Sheinbaum respondió con ironía, sugiriendo que Estados Unidos podría llamarse "América Mexicana", en alusión a los antiguos mapas del siglo XVII que mostraban territorios del actual suroeste estadounidense como parte de México.
Pese al revuelo político y mediático, la iniciativa tiene escasas probabilidades de avanzar en el Senado, donde se necesitarían votos demócratas para su aprobación definitiva. En ese sentido, el proyecto tiene un fuerte componente simbólico y nacionalista, más que efectos prácticos a nivel internacional, ya que ningún otro país está obligado a adoptar el nuevo nombre.
La Oficina Presupuestaria del Congreso estimó que el cambio de nombre costaría al gobierno federal menos de 500 mil dólares en cinco años, principalmente por actualizaciones en documentos y mapas. Las instituciones educativas y bibliotecas públicas tendrían que asumir por su cuenta los gastos de modificar sus propios materiales.
La medida también ha provocado un enfrentamiento entre la Casa Blanca y la agencia de noticias Associated Press (AP), que se negó a adoptar el nuevo nombre. En respuesta, la administración Trump excluyó a AP de la cobertura en la Casa Blanca y del avión presidencial. Un juez federal dictaminó en abril que dicha exclusión violaba la Primera Enmienda, que protege la libertad de expresión y de prensa.
El líder demócrata en la Cámara, Hakeem Jeffries, instó a votar en contra, calificando la iniciativa como una "ley ridícula" que desvía la atención de problemas más urgentes.
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