Niñas y tecnologías

Cuando era niña tenía muñecas, juegos de mesa, cochecitos, cosas para armar y mi amado radio rojo con micrófono en el que jugaba a reportar las noticias, por supuesto. Una vez, osé pedir a mi papá un tren o un cochecito frente a una amiga suya y ella me dijo que los coches no eran para niñas, que debía pedir otra cosa. Mi papá me defendió, dijo que las adultas manejan autos, así que ese cochecito sí era para niñas. Para algunas amistades de mi familia, como para mucha gente, lo normal era que las niñas nos limitáramos a tener juegos de té y muñecas.

Traigo esto a cuento para reflexionar sobre el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación, que se celebra cada año el cuarto jueves de abril. Este año será el 25 de abril. Es un momento para reconocer las contribuciones de las mujeres al desarrollo de la tecnología y también para inspirar a las niñas que tengan interés por estas áreas a conocer más sobre ellas.

Por mucho tiempo se ha asumido que las carreras STEM y, en relación con ellas, el desarrollo tecnológico, son áreas de hombres. Si bien hay avances, las disparidades siguen: hay menos mujeres en STEM y no tienen el piso parejo. Pese a todos los obstáculos, hay mujeres que han hecho aportaciones significativas en el desarrollo tecnológico. Desde la antigüedad, Hipatia de Alejandría hizo importantes contribuciones a las matemáticas, la astronomía y la filosofía. Ada Lovelace es considerada la primera programadora de la historia. Hedy Lamarr fue coinventora del wifi. No siempre hablamos de ellas y de otras, o de los obstáculos que enfrentaron, pero vale la pena hacerlo para recuperar nuestra historia y reconocer también las aportaciones de las creadoras de nuestros tiempos.

Decía que este día tiene también como propósito inspirar a las niñas. El Informe sobre la brecha de género en STEM en la formación técnico profesional en México de Unicef México señala, a propósito de la brecha de género en STEM, que las niñas suelen ser buenas en matemáticas y ciencias, pero, aunque tengan interés y capacidad, suelen enfrentar la discriminación, los sesgos, las normas sociales y las expectativas que impactan la calidad de la educación que reciben y las disciplinas que estudian. Esto tiene su correlato en la falta de representación de las mujeres en estas áreas y la falta de seguimiento a las niñas y adolescentes que sí quieren estar.

No se trata de que, de ahora en adelante, todas estudien ingenierías, sino de que aquellas que quieran, puedan hacerlo. En otras palabras, se trata de tener condiciones justas para estudiar, descubrir e innovar. Se puede ganar mucho en esta línea, sobre todo cuando hace falta incorporar la perspectiva de género en la programación, el diseño de plataformas y aplicaciones y la gestión de los datos.

Este día es también una oportunidad para reflexionar sobre la relación de nuestras niñas con las tecnologías digitales. Debemos garantizar que tengan acceso y que internet sea un espacio seguro para ellas. A ello podemos contribuir desde las políticas públicas, los entornos educativos, las organizaciones civiles y los hogares.

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